No estoy nada motivado. No voy a hacer ninguna celebración. Tampoco creo que nadie vaya a prepararme una fiesta sorpresa como cuando cumplí los cuarenta. Aquella noche fue maravillosa. No me lo esperaba. Elisa lo llevaba todo en secreto. Se puso en contacto con todos mis amigos, a pesar de que hacía poco que había venido a España.
La conocí en el viaje
que hice a la Argentina. Me enamoré de inmediato cuando fui a comprar unos
regalos para mi madre. Ella tenía una pequeña tienda de souvenirs en el paseo marítimo. Su elegancia me deslumbró. Su voz
melosa y su acento me cautivaron. La invité a tomar una copa. Estábamos en
Puerto Madryn y yo regresaba de la excursión de avistamiento de ballenas. No
tuve suerte y no habíamos podido ver ninguna. Yo soy así, no tengo mucha
suerte. Pero ahora estaba ilusionado. Después de la copa la invité a cenar y
después ella me llevó a su apartamento. Fue una velada maravillosa. Nos
revolcamos en su cama sin desenfreno. Aquella noche la hice feliz. Estuvo mucho
tiempo recordándomelo. Yo también lo fui. Besé todo su cuerpo. Su aroma me
embriagaba. Enseguida nos enamoramos y le pedí que se viniera a vivir conmigo a
Barcelona. Al cabo de pocos meses de correos y conferencias, un día se presentó
en mi casa. Me dijo que estaba embarazada. Hasta entonces no me había comentado
nada. Al principio me quedé impactado, como si de repente tanta responsabilidad
me hubiera hecho madurar sin pensarlo. Me faltaban pocos meses para cumplir los
cuarenta. Los primeros años fueron muy felices. Enseguida nació Gabriel y
formamos una familia. Ella se integró de inmediato. Todo giraba en armonía,
hasta que un día me dijo que se volvía a la Argentina. Se aburría conmigo. No me lo podía creer, pensaba que éramos una
familia feliz. Diría que no nos faltaba nada. Pero jamás llegas a conocer a las
personas. Su mundo interior. La dejé marchar, así, sin más.
Y ahora me encuentro
que voy a cumplir los cincuenta y me siento vacio. Con un hijo de diez años que
el mayor tiempo cuidan mis padres y sin ánimos de celebrar nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario