miércoles, 5 de mayo de 2021

LO SIENTO, ME HE EQUIVOCADO, NO VOLVERÁ A SUCEDER. . .

 



De desagradecidos está el mundo lleno . . .pero, ¿qué más quieren que haga? No tienen suficiente con que dejara la corona encima de mi estimado hijo…¡vaya otro! Pero en este caso es la malévola plebeya republicana, mira que se lo advertí, que no se casara con esa bruja. Mira ahora lo que me han hecho. Tengo que estar recluido en este desierto, lejos de mi país, con todo lo que me costó llegar a él. Recuerdo lo duro que fue, siempre alejado de mi familia, a las órdenes del general, aquel asesino, pero yo tragando quina, todo sea por cumplir tu destino. La sangre azul que llevamos en las venas. Y todavía algunos se extrañan de mi comportamiento, si lo llevo en la sangre de toda mi extirpe milenaria. Tuve una infancia difícil, Juanito aquí, Juanito allá. No podía disponer ni de unas tristes monedas, todo tenías que justificarlo. Y después me hacen casar con la fea de la griega. Yo no estaba enamorado, pero ¡ale! A dar descendencia al trono. La primera noche se lo dejé bien claro. Le haría los hijos necesarios, pero a mí que me dejara ir con quien quisiera. Y mira por donde, como soy el “campechano”, allá donde iba me salían como setas y me las encontraba siempre en la cama. Luego querían que las mantuviera, claro, pero ese tipo de mujeres ya lo sabes, después te pasan factura. Lo que jamás me hubiera imaginado es que la rubia, posando con su hijo en la barbacoa, como si fuéramos una familia de clase media feliz, cazando elefantes para promocionar su empresa, y ahora me llevara a los tribunales. Me duele muchísimo porque estaba dispuesto a divorciarme y casarme con ella. No te puedes fiar de ninguna mujer, siempre acaban traicionándote. Suerte tengo de estos amigos, amigos incondicionales que saben mucho de finanzas y no dejarán que me pase nada. Cada día me rio leyendo las noticias y sobre todo cuando me llama la Eyre y me pone al día de todos los chismorreos que se alimentan en las televisiones y ella aprovecha para vender libros.

Añoro mi país, quiero volver, pero no estoy dispuesto  a pasar tanta vergüenza como me hicieron pasar la otra vez:

“Lo siento, me he equivocado, no volverá a suceder”





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