
Ring, ring,
- Digame . . .
- Hola, soy yo
- Caray María!, sí que madrugas
- Hija no he podido dormir en toda la noche. He tenido pesadillas y todo, soñando con nuestra amiga Cruz.
- ¿Qué me dices?, ¿por qué?
- ¿Qué te pareció ayer su novio Adrián? No me digas que no te diste cuenta.
- Mujer, sinceramente me esperaba otra cosa, pero. . . ¿de qué me tengo que dar cuenta?
- Ese tío no me gusta nada. ¿No le viste la mirada?
- Pues no sé, precisamente los ojos los tiene bastante bonitos, ese azul tan intenso. Lo demás, mirándolo bien, quizás sí que no me cuadra para Cruz. Esa pinta de bohemio, esa cola esmirriada, pero hija, si a ella le gusta.
- Pero ¿no te diste cuenta de la pantomima que hacía?. Ese tío no es trigo limpio. Me da mal rollo, te lo digo yo. Tiempo al tiempo. Ya sabes que Cruz es una pava. Toda la vida esperando al príncipe azul y sin mojar nada. Mira que no tuvo oportunidades, pero hija a ella todos le parecían poco. Siempre con el listón altísimo. Y ahora, ¡Dios mío! Si se enrolla con este tío en serio, las va a pasar canutas.
- Pero, ¿por qué lo dices María? Me estás asustando, pobre Cruz, nuestra amiga.
- Ya veo que estás en la inopia. Me contó Cruz, que la primera noche que hicieron el amor, estuvieron dale que te pego hasta bien entrada la madrugada y dice que se quedó dormida y cuando se despertó, Adrián no estaba en la cama. Se había ido al sofá y estaba hablando en voz alta, soñando o como si estuviera borracho o drogado. Tenía una especie de temblores y espasmos. Cruz se asustó mucho, pero no lo despertó. ¿No viste ayer? Bebía y fumaba como un cosaco. Además, hubo momentos que no me gustó como la trataba.
- María ¿no estarás exagerando? Precisamente me comentó Cruz el otro día que por fin había confirmado que estar en pareja era lo mejor. Me confesó que no estaba del todo enamorada de Adrián, porque reconocía que habían muchas diferencias entre ellos, pero que cuando estaban juntos, lo pasaba muy bien. Me dijo incluso que le estaba agradecida, porque gracias a él había superado todas sus represiones y traumas relacionados con el sexo.
- No, no claro, si ya sabemos que el sexo engancha, pero este tío, ¿crees que es normal que todavía viva con sus padres? Y, ¿de qué trabaja? Mira te digo yo que es un vividor. Si eso, ¡un vividor!. ¿No te fijaste ayer que Cruz lo pagó todo?- La cena de los dos y luego las copas. Los estuve observando.
- Ostras María, te tengo que dejar, es tardísimo, hace una hora que hablamos.
- Bueno Carmen, igual luego llamo a Cruz a ver qué me cuenta. Adiós, besitos.
- ¡Cómo eres! Besitos.
1 comentario:
Que bonito, yo tambien estoy haciendo una historia, ya te la dejare ver...
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