A las doce del mediodía, nos quedamos sin luz. Todos los aparatos se fueron desconectando y, lo primero que pensé, fue que algún cortocircuito en casa hubiera desconectado el diferencial. Enseguida me di cuenta que era algo más importante, pues los vecinos iban comentando la dimensión del tema.
Aquel día precisamente tenía visita con la doctora del CAP.
En una revisión ginecológica me habían detectado algo “sospechoso” y era
necesario que me visitara un urólogo. Primero dudé si funcionarían las visitas
médicas, pero comí deprisa, tampoco funcionaba la televisión para ver mis
series preferidas de 3CAT y me fui al CAP. Por suerte tenían generadores y la
doctora me visitó con amabilidad y después de leer el informe, activó el
proceso de derivación al Hospital de Mataró.
Después me fui andando a la plaza Santa Ana para tomarme
algún refresco y ver el ambiente. Intenté llamar a mi amiga Blanca, que trabaja
cerca en la calle Santa Marta, pero los teléfonos no funcionaban. Unos jóvenes
que estaban sentados en una mesa, cerca de mí, iban comentando que incluso
había caído Internet y la dimensión que iba cogiendo el apagón. Me acabé el
refresco y me fui a casa.
Al llegar todavía era de día y me acordé que no sé dónde
compré una especie de linterna redonda para en caso de accidente con el coche,
servir de alarma. Tenía dos funciones y la luz era muy potente. Me sirvió
genial para moverme por casa y prepararme la cena. No tuve ningún problema
porque siempre ceno fruta, un poco de queso y un yogurt. Como no funcionaba la
televisión me metí en la cama. Cogí el móvil como cada noche para dar las
buenas noches a todos mis contactos, familia, amigos, etc. Y entonces sí que me
cogió un poco de angustia, sin llegar a un ataque de ansiedad, de sentirme
completamente aislada y desconectada del mundo. Estaba sola, con mi gato Nil, y
si aquella noche me sucedía algo, nadie se enteraría. No sé cuánto tiempo
transcurrió, pero enseguida se sintieron voces seguidas de aplausos y la luz
había retornado. Encendí la televisión de la habitación y como cada noche
estaban dando las noticias. Vaya notición. Después me dormí plácidamente, sin
pensar ni especular en todo lo que vendría después. La mente poderosa que nos
puede llevar a los rincones más oscuros, produciéndonos emociones indeseables.
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