¿Cómo viví yo el franquismo? Para ello me tengo
que remontar a mi más tierna infancia, en el colegio de las monjas. ¡Qué
educación recibida, Dios mío! Para empezar solo teníamos un libro, la
enciclopedia Álvarez. Allí, según las directrices marcadas por la Ley de Enseñanza
Primaria, os podéis imaginar cuáles eran sus contenidos. Historia Sagrada, Geografía,
todos los ríos de España aprendidos de memoria. Pocas Matemáticas, la tabla de
multiplicar, Historia de España, con el maravilloso descubrimiento de América y
mucha Religión. Ah! Y en las últimas páginas siempre estaba el Movimiento
Nacional, la División Azul, etc. Aquí es cuando Sor María Mercedes nos hablaba
de lo bondadoso que era Franco. Decía que tenía en su dormitorio una vela
siempre encendida para rezar. Quizás el dictador tendría algún remordimiento de
conciencia, digo yo.
Otro recuerdo significativo era el “Nodo”. Cuando
ibas al cine, antes de la película te pasaban las noticias. Las voces
relevantes de José Hernández, Matías Prats, narraban cómo Franco había
inaugurado éste o aquel pantano o auditorio. Un Nodo en blanco y negro que
relataba la España negra en la que vivíamos.
En Octubre de 1970 empecé a trabajar. Sor
Anastasia, a la que toda mi vida estaré agradecida, me propuso para que fuera a
hacer una prueba a una multinacional química suiza. Allí abrí los ojos, y
empecé a crecer como persona en todos los sentidos. En aquella época te
formabas dentro de la empresa. Todos éramos jóvenes y compartíamos muchas
actividades de ocio. La empresa tenía un club para los trabajadores. Eran los
últimos años de la vida del dictador y dentro de las empresas ya había un caldo
de cultivo dentro del mundo sindical. Tenía compañeros que estaban afiliados al
Partido Comunista y las cosas empezaban a cambiar. Llegó la transición. Pero
incluso entonces tuvimos que correr muchas veces delante de los “grises” en
plaza Catalunya. Tengo muchos recuerdos que podría contar, supongo que como
todos nosotros. Ahora me encanta estudiar la Historia de verdad, los tiempos de
la República y sus bondades que me contaba mi padre. Qué pena que mi padre
también se fue muy temprano. Ahora le preguntaría tantas cosas sobre sus
vivencias en la guerra civil. Entonces en las familias había los silencios. Tú eras
pequeña y no te enterabas bien cuando los mayores susurraban cualquier noticia
o acontecimiento. Recuerdo que cuando llegaba el 1 de Mayo los “grises” se
preparaban y los veías rondar por las calles. La familias se abastecían de
alimentos por lo que pudiera pasar.
No deberíamos perder la memoria de todo lo que
vivieron nuestros padres, abuelos y nosotros mismos y reflexionar un poco para
que no se vuelva a repetir el pasado. Vivimos tiempos convulsos y confusos,
pero todavía estamos a tiempo de frenar a toda esa gente que pretende repetir la
Historia.
https://youtu.be/ih9ISqH9nSs?si=fPpAJXcideWAdjza
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