martes, 24 de junio de 2014

LA PRUEBA

No te podrás quejar, diría que hasta te han dejado guapa. Ayer, hacías una cara de pena, que dabas miedo. ¡Vaya nochecita! ¡No me extraña! Un diez para las maquilladoras. Mira qué detalle: han puesto un espejo para que puedas mirarte. Además, da más perspectiva a la sala. Estarás contenta, por fin vas a conseguir reunir a toda tu gente. Lo que siempre habías soñado. ¿Crees que vendrá todo el mundo a despedirte? Pero, ¿era necesario que montaras esta tontería de prueba? Una macabra payasada de las tuyas. Igual te decepcionas nuevamente y, ¿de qué va a servirte? Se te ha ido de las manos. ¡Confiésalo! Ahora ya no tiene remedio. Querías llamar la atención, como tantas veces has hecho, y la gente ya pasa de ti. Veremos quién viene a verte. Echarán cuatro lagrimitas y dentro de poco nadie se acordará de tus lamentaciones. Toda tu vida igual. Sólo viendo la parte oscura y negativa de las cosas. Anclada en un pasado que ya no existe. Soñando con mundos ilusorios que solo existen en tu imaginación. La vida pasa y cada uno tiene sus problemas. Hoy en día no es nada fácil. Y vaya disgusto le has dado a las personas que realmente te quieren. ¿O quizás pensabas que nadie te quería? Has sido una egoísta. ¡Demasiado!. ¡Por fin!, alguien viene. Tus hermanas están destrozadas. Mira cómo se acercan llorando. Sólo les faltaba esto. Te has comportado como una malévola hasta el final. Sí, no está bien lo que has hecho. ¿Les dejas tus bienes en el testamento? Incluso eso, lo has hecho lo peor que has podido. Ahora, encima, se pelearán por la herencia. A una le dejas el piso con la hipoteca y a la otra el dinero. No te digo, no haces nada correcto. Han venido todas tus amigas. También los maridos. Les has roto el fin de semana. Ellas sí que te comprendían. Son tantos años. A veces te ponías pesada, pero sí que te querían. Has compartido mucho. Con unas más que con otras. Viene más gente. Los compañeros. ¡Ostras, hasta los jefes! ¿Cómo se habrán enterado? ¡Allí sí que eras feliz! Con sus momentos buenos y malos. Qué tiempos aquellos. Ves, en el trabajo no lo veías todo negro. Allí podías lucirte. Eras la protagonista. Por eso también muchos te odiaban. No sé por qué aceptaste que te despidieran. Esto ha sido el detonante. Te sentías en la vía muerta. Ya no te quedaba ilusión por nada. ¡Ey!, aquí tienes a tu amante. Se le ve triste. Pero no te equivoques. Amor…amor, tampoco, más bien era sólo sexo. Te llevarás el secreto a la tumba. O, seguro que lo has dejado escrito en tu diario. No te callas ni una. Eso molestaba a la gente. Que fueras tan abierta. Lo contabas todo, lo tuyo y lo de los demás. Transparencia, ja, ja, eso no existe. Los humanos sois así: pensáis una cosa, sentís otra y hacéis todo lo contrario. Y ahora, ¿qué? Mañana todo habrá terminado. No esperes que nadie venga a buscarte. Ni tus padres, ni una luz potente, ni nada que se le parezca. Como ves no sientes nada. ¿Estás fría? Te lo imaginas. Se pasaron todos tus miedos, ansiedades y claustrofobias. Tú lo has querido así, pues así lo tienes. Te has equivocado, perdona que te lo repita. Todavía tenías mucha vida por delante. Había muchas oportunidades. Sólo faltaba que pusieras un poco de voluntad, que te quisieras más. Ese era el secreto. Que tú te valoraras y te quisieras más. Un fuerte zumbido sonó en sus oídos. Abrió los ojos y un rayo de sol se coló por la rendija de la persiana. Ana respiró hondo, profundamente, y sonrió feliz.

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