martes, 28 de enero de 2025

COMO VIVISTE TU EL FRANQUISMO

 


 

                    ¿Cómo viví yo el franquismo? Para ello me tengo que remontar a mi más tierna infancia, en el colegio de las monjas. ¡Qué educación recibida, Dios mío! Para empezar solo teníamos un libro, la enciclopedia Álvarez. Allí, según las directrices marcadas por la Ley de Enseñanza Primaria, os podéis imaginar cuáles eran sus contenidos. Historia Sagrada, Geografía, todos los ríos de España aprendidos de memoria. Pocas Matemáticas, la tabla de multiplicar, Historia de España, con el maravilloso descubrimiento de América y mucha Religión. Ah! Y en las últimas páginas siempre estaba el Movimiento Nacional, la División Azul, etc. Aquí es cuando Sor María Mercedes nos hablaba de lo bondadoso que era Franco. Decía que tenía en su dormitorio una vela siempre encendida para rezar. Quizás el dictador tendría algún remordimiento de conciencia, digo yo. 

                    En el verano íbamos de colonias a un colegio de las mismas monjas paúles en la Roca. Allí cada mañana alzábamos la bandera y cantábamos “El cara al sol”. También había niños, pero jamás nos mezclábamos. En la iglesia ellos se sentaban en unos bancos y nosotras en otros. La piscina la utilizábamos días alternos y no sé si la deberían desinfectar, por si las moscas. Siempre estábamos rezando, hasta el punto de que hubo un tiempo que mis amigas más íntimas y yo, queríamos ser monjas. Fue cuando en el colegio instauraron el seminario de novicias. Eran muchachas jóvenes con vocación de servir y se volcaron con nosotras. Yo tenía muchas carencias afectivas, pues crecí sin madre y me enamoré de ellas.

                    Otro recuerdo significativo era el “Nodo”. Cuando ibas al cine, antes de la película te pasaban las noticias. Las voces relevantes de José Hernández, Matías Prats, narraban cómo Franco había inaugurado éste o aquel pantano o auditorio. Un Nodo en blanco y negro que relataba la España negra en la que vivíamos.

                    En Octubre de 1970 empecé a trabajar. Sor Anastasia, a la que toda mi vida estaré agradecida, me propuso para que fuera a hacer una prueba a una multinacional química suiza. Allí abrí los ojos, y empecé a crecer como persona en todos los sentidos. En aquella época te formabas dentro de la empresa. Todos éramos jóvenes y compartíamos muchas actividades de ocio. La empresa tenía un club para los trabajadores. Eran los últimos años de la vida del dictador y dentro de las empresas ya había un caldo de cultivo dentro del mundo sindical. Tenía compañeros que estaban afiliados al Partido Comunista y las cosas empezaban a cambiar. Llegó la transición. Pero incluso entonces tuvimos que correr muchas veces delante de los “grises” en plaza Catalunya. Tengo muchos recuerdos que podría contar, supongo que como todos nosotros. Ahora me encanta estudiar la Historia de verdad, los tiempos de la República y sus bondades que me contaba mi padre. Qué pena que mi padre también se fue muy temprano. Ahora le preguntaría tantas cosas sobre sus vivencias en la guerra civil. Entonces en las familias había los silencios. Tú eras pequeña y no te enterabas bien cuando los mayores susurraban cualquier noticia o acontecimiento. Recuerdo que cuando llegaba el 1 de Mayo los “grises” se preparaban y los veías rondar por las calles. La familias se abastecían de alimentos por lo que pudiera pasar.  

                    No deberíamos perder la memoria de todo lo que vivieron nuestros padres, abuelos y nosotros mismos y reflexionar un poco para que no se vuelva a repetir el pasado. Vivimos tiempos convulsos y confusos, pero todavía estamos a tiempo de frenar a toda esa gente que pretende repetir la Historia.

 

 


https://youtu.be/ih9ISqH9nSs?si=fPpAJXcideWAdjza

                              


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